La posibilidad de que Mataró tenga una estación de autobuses interurbanos genera un fuerte debate político. El PSC, que lidera el gobierno municipal, defiende el modelo actual de paradas dispersas para garantizar la accesibilidad en los barrios y evitar focos de conflicto, a diferencia de ciudades similares como Granollers. Por otro lado, Junts per Mataró y ERC defienden la centralización para ordenar la oferta y reducir el impacto de tráfico y contaminación, citando las quejas de los vecinos de la calle Torrent.
“"Mataró necesita una estación de autobuses interurbanos, bien conectada con las líneas de autobús urbano, la estación de ferrocarril y el servicio de taxi, para fomentar la intermodalidad."
Ante las posiciones enfrentadas, el consistorio encargó el estudio a Doymo. Los expertos descartan una única centralidad, ya que dejaría sin cobertura territorial a una parte importante de la ciudad. A corto plazo, el informe apuesta por la creación de pequeñas estaciones o paradas reforzadas en avenidas principales y cerca de la estación de Rodalies, un modelo que ya se aplica en ciudades que se modernizan como Pamplona o A Coruña.
A largo plazo, sin embargo, el estudio abre la puerta a una visión más ambiciosa: potenciar una estación central de autobuses combinada con la de Rodalies. Una de las ubicaciones más adecuadas para esta estación central sería el Parc Central, donde se plantea una infraestructura semisoterrada para minimizar el impacto visual y urbanístico, aunque requeriría una inversión económica importante y cambios en la planificación urbanística.
