El oficio de la saca del corcho, de carácter estacional, es uno de los pocos trabajos forestales que aún se mantienen vivos en la vertiente sur de los bosques del Alt Empordà. La cuadrilla de Cantallops destaca por su composición: a diferencia de otras brigadas formadas por trabajadores de fuera (como Andalucía o Marruecos), sus integrantes son vecinos de Cantallops y núcleos cercanos como Maçanet de Cabrenys, Agullana o Vilabertran.
“"Queremos mantener una tradición trabajando de la misma manera que lo hacía la gente antes: cuidando los árboles, sin herirlos, y manteniendo una buena relación con los propietarios, basándonos en la confianza."
Miquel Brugués, quien comenzó hace más de veinte años como estudiante, ahora dirige una cuadrilla de una decena de miembros, mayoritariamente jóvenes de entre veinte y treinta años. Para ellos, la saca del corcho es una actividad complementaria que compaginan con otras profesiones como jardinero, bombero o agricultor.
La producción de corcho en la zona de las Salines se ha visto gravemente afectada por el cambio climático y la sequía. La falta de lluvia ha reducido la producción en una cuarta parte, pasando de los 2.000 kilos diarios que se conseguían antes a los 1.500 kilos actuales. Esta situación subraya la dureza física del trabajo y la necesidad de una gestión forestal consciente.
“"Somos la resistencia corchera."




