La frase de Xavier García Albiol, “Dijimos que sacaríamos a esta gente y los hemos sacado”, resume su política de cumplir promesas de forma implacable, buscando el aplauso del vecindario en ciertos barrios. El edificio desalojado, que el alcalde calificó de “nido de problemas”, se destinará a una nueva comisaría para la Guardia Urbana.
“"No los queremos en Badalona. Lo digo sin tapujos."
Esta actitud, ideológicamente cómoda para Albiol, contiene un gran cálculo electoral, ya que detecta que la hostilidad hacia los recién llegados y los más vulnerables es un resorte que funciona en un sistema donde muchos ciudadanos se sienten desatendidos.
En contraste, los partidos de izquierda, como los ejecutivos socialistas de la Moncloa, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, también buscan resortes fáciles, como la prórroga de la bonificación de los abonos de transporte. Esta medida, iniciada por la crisis de la guerra de Ucrania, se ha cronificado.
La bonificación lineal es vista como una medida populista que no tiene en cuenta el nivel de renta del usuario, cuando sería necesario destinar recursos a mejorar el servicio y replantear el sistema tarifario en función de la renta. Para el presidente Pedro Sánchez, la prórroga es la única buena noticia que puede ofrecer en un momento de crisis aguda del PSOE.




