El nuevo presidente, Salvador Illa, juró la Constitución en la ceremonia de toma de posesión, arropado por cinco ministros y los presidentes de Navarra y Asturias. Illa ha formado un nuevo ejecutivo con figuras clave para visualizar el final del proceso, nombrando consejeros como el exdirigente de Junts Miquel Sàmper (Trabajo) y Ramon Espadaler, exmiembro de CiU (Justicia). También ha fichado al exportavoz del Parlamento Europeo, Jaume Duch, para la cartera de Acción Exterior.
Este inicio de mandato ha sido eclipsado por la reaparición de Carles Puigdemont en Barcelona, siete años después de huir de la justicia. El operativo previsto por la policía catalana, los Mossos d'Esquadra, para arrestarlo antes del pleno de investidura resultó fallido, lo que cuestiona la autoridad policial. Puigdemont rechazó el ofrecimiento de acordar una detención pactada y discreta, argumentando que no entró a la sesión de investidura porque iba a ser detenido.
“"No puedo creer la caza de brujas que se ha desatado contra agentes que actuaron por compromiso cívico."
La reaparición de Puigdemont fue defendida por Junts como "una victoria" del independentismo, mientras que ERC, que apoyó la investidura de Illa con el 53,5% de los votos de sus bases, asegura trabajar para que el expresidente "vuelva con libertad". El expresidente en funciones, Pere Aragonès, se despidió reivindicando su legado y deseando que Puigdemont pueda "regresar en libertad", aunque recordó que es el Tribunal Supremo el que "toma las decisiones".
En el ámbito legislativo, el sector cultural ha presentado peticiones prioritarias para la nueva consejera, incluyendo la Ley catalana del audiovisual, el proyecto Catalunya Media City y el Plan nacional del libro y la lectura. Mientras tanto, la clave de la negociación de la investidura de Illa se centró en la nueva financiación singular para la comunidad, un tema que ha generado fuertes críticas por parte del PP.




