La policía registra el IRTA-CReSA, el laboratorio investigado por la peste porcina africana

La operación conjunta de Mossos d'Esquadra y Guardia Civil en las instalaciones de Cerdanyola busca documentación clave sobre el origen del brote de PPA.

Agentes de Mossos d'Esquadra y Guardia Civil entrando en un edificio de laboratorio de alta seguridad.

Agentes de Mossos d'Esquadra y Guardia Civil entrando en un edificio de laboratorio de alta seguridad.

Los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil están llevando a cabo un registro en las dependencias del IRTA-CReSA en Cerdanyola del Vallès por orden judicial, buscando pruebas sobre el origen del brote de Peste Porcina Africana (PPA).

La entrada y registro fue ordenada por el juzgado de instrucción número 2 de Cerdanyola del Vallès, en el marco de las diligencias previas declaradas secretas. El objetivo principal es la recogida de documentación crucial para la investigación. Esta operación conjunta se realiza siguiendo los protocolos de seguridad requeridos por centros de investigación de alto confinamiento biológico.
Esta investigación policial se suma a una auditoría encargada por el Gobierno de la Generalitat y otra indagación liderada por el Ministerio de Agricultura con expertos científicos. Todas buscan determinar cómo se originó el brote de PPA que ya ha causado la muerte de 13 jabalíes en Cataluña.
El Ministerio señaló que el virus detectado pertenece a un nuevo grupo genético, el 29, no descrito hasta ahora en la Unión Europea. Esta singularidad hizo sospechar que la cepa podría haber salido de una instalación de confinamiento biológico. La cepa es muy similar a la que circuló en Georgia en 2007 y coincide con la utilizada habitualmente en infecciones experimentales para evaluar la eficacia de vacunas.

Las investigaciones sobre el origen del brote de peste porcina africana no descartan ninguna opción, incluyendo la posible fuga de un laboratorio.

Aunque el IRTA-CReSA y sus trabajadores han calificado el centro de «auténtico búnker» y aseguran que es muy difícil que el virus pueda escapar, la proximidad con otros centros de investigación, como la facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), mantiene abiertas todas las líneas de investigación.
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