La crisis de la peste porcina africana (PPA) ha vuelto a situar en el centro del debate la capacidad de respuesta del Govern ante las emergencias. Este sector es vital para la economía catalana, representando casi el 21% del PIB industrial y el 40% de las exportaciones españolas. El President Illa compareció a petición propia para reivindicar la respuesta de su ejecutivo, a pesar de las numerosas críticas de los partidos de la oposición, especialmente de Junts.
“"De momento hemos conseguido mantener el brote, los mercados exteriores avalan las medidas adoptadas y el Govern seguirá atento y seremos transparentes siempre, y no daremos pábulo a falsas especulaciones."
El principal reproche de la oposición se centró en el viaje del jefe del Govern a México justo después de conocerse el primer positivo de PPA, y en la solicitud de intervención de la UME (Unidad Militar de Emergencias). Junts y ERC cuestionaron el liderazgo de Illa, argumentando que la crisis requería su presencia en Catalunya desde el primer momento.
“"El Ejército español, presente en Catalunya y el presidente de la Generalitat ausente en Catalunya. Parece una metáfora de la Catalunya que querrían algunos."
También se debatió el origen del brote. La “teoría del bocadillo” lanzada por el Conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, fue calificada de “grave irresponsabilidad” por Mònica Sales. Además, varios grupos (PP, Comuns, CUP y Aliança Catalana) cuestionaron la independencia de la investigación, ya que participan miembros del IRTA CReSA, el laboratorio situado en la zona cero del brote.
En su réplica final, Illa defendió su modelo de “liderazgo inclusivo”, justificando su presencia en México porque “no había ninguna vida humana en riesgo” y aseguró que el país tiene suficientes recursos para gestionar la crisis sin su presencia física constante. Reafirmó que, a día de hoy, “nada” permite concluir que el origen del brote sea una fuga de un laboratorio.
