Los detenidos, cuyas identidades no han sido reveladas, están acusados de un delito de estafa telemática. La operación se llevó a cabo tras una investigación que rastreó el origen de los fondos sustraídos, que se habían obtenido de manera fraudulenta.
Según fuentes cercanas al caso, la víctima del fraude fue un empresario de Valladolid. La cantidad estafada, 10.000 euros, fue transferida mediante un engaño digital, método habitual en este tipo de delitos de ciberdelincuencia.
El hombre, con residencia en la capital de la Anoia, y la mujer, detenida en Granada, formarían parte de una red dedicada a la ciberdelincuencia organizada. Las autoridades continúan investigando si hay más personas implicadas u otros casos similares relacionados con esta trama.




