La nueva normativa, aplicable a hospitales y residencias de ancianos, tanto públicas como privadas, establece que un mínimo del 80% de la oferta de las máquinas expendedoras debe consistir en productos saludables. Esta medida busca frenar el consumo de alimentos ultraprocesados, cuyo consumo se ha triplicado en España en las últimas dos décadas.
Entre los productos que deberán priorizarse se encuentran agua, leche, frutos secos no fritos y bajos en sal, zumos de fruta, panes y sándwiches integrales o yogures sin azúcares. El 20% restante, si son alimentos de formulación industrial compleja, no podrán colocarse en las filas centrales y más visibles de las máquinas.
“"Alimentarse no es ni puede ser un simple trámite, es una dimensión de nuestra vida social y cultural. Por eso, las instituciones públicas debemos desarrollar medidas para que el derecho a comer bien no sea un privilegio."
Además de la regulación del 'vending', el decreto favorecerá la instalación de fuentes de agua potable y gratuita en las instalaciones. El objetivo es evitar que los visitantes y acompañantes, que a menudo pasan muchas horas en los centros, tengan que recurrir a la compra de agua embotellada.
La normativa también incluye la disposición de que las bebidas calientes (café y té) se dispensen sin azúcar por defecto, con la opción de añadir un máximo de cinco gramos. Asimismo, se eliminarán los ultraprocesados de los menús para niños y adolescentes tanto ingresados como en los comedores abiertos al público.




