El nuevo espacio cultural, que el alcalde Albert Cruïlles espera inaugurar durante el primer trimestre del próximo año, se centrará en la particularidad geográfica de la villa, delimitada por 43 hitos que marcan la pequeña frontera con el estado francés.
El museo será interactivo e incluirá vídeos y entrevistas a personas mayores de la villa, que explicarán cómo era la vida cuando se necesitaba un salvoconducto para ir a Puigcerdà. Esta singularidad territorial provoca que proyectos como la red de aguas o las mejoras viales deban debatirse en la mesa hispano-francesa del Tratado de Bayona.
“"La revisión se realiza en toda la línea fronteriza, las patrullas provienen de Molló, luego vienen a Llívia y posteriormente se dirigen hacia Meranges y a Guils de Cerdanya y continúan hasta el Atlántico. En el caso de Llívia, la revisión de hitos dura dos días, porque seguirlos todos en un día es complicado, debido a la orografía de nuestro municipio."
Esta revisión anual de los hitos es una tradición llevada a cabo por patrullas de la Guardia Civil y la Gendarmería francesa para certificar que ninguna marca se ha movido. La portavoz de la oposición, Mònica Isern, remarcó que recorrer los hitos “es algo bonito, interesante e histórico”.
Por otro lado, el Ayuntamiento también trabaja en la ampliación del Museo Municipal de la Farmacia Esteve, un referente europeo que recientemente recibió la donación de más de 1.500 objetos de las antiguas farmacias Amat de Sant Quirze del Vallès y Estrella de Barcelona, integrándose en la red científica Aromas Itinerarium Salutis.
