Alrededor de 360.000 personas con capacidades diversas en Catalunya dependen de la labor de entidades del tercer sector para integrarse al mundo laboral y obtener autonomía personal. Esta tarea, que suple en gran medida la responsabilidad de la Administración, se ve amenazada por problemas de liquidez.
La preocupación se ha extendido entre los Centros Especiales de Empleo (CEE) a causa del retraso en la llegada de las subvenciones prometidas por el Govern. Estas ayudas son vitales, ya que la mayoría de las fundaciones dependen mayoritariamente de recursos públicos para mantener sus operaciones.
“"El retraso en el abono de las percepciones se debe al nuevo procedimiento de mejora de los programas de subvenciones."
A pesar de la aseveración de la Generalitat de que no existe ningún recorte presupuestario, la burocracia asociada a este “nuevo procedimiento” ha generado un grave problema de tesorería. Para garantizar que trabajadores como Christian Azuaga (41 años) y Roc Sumoy (54 años), jardineros en el Parc del Francolí de Tarragona gracias a la Fundació Onada, reciban sus nóminas, las entidades deben utilizar pólizas bancarias para obtener liquidez inmediata.
El Patronato de la Fundació Onada aprobó esta semana el presupuesto de 2026, mientras espera que el eslogan del presidente Salvador Illa, “el Govern de tothom” (el Gobierno de todos), se traduzca en una gestión administrativa más ágil y eficiente para el tercer sector.




