La magia de los números de la Lotería de Navidad y la superstición de las terminaciones

La inminente celebración del sorteo alimenta la tendencia humana a buscar señales de fortuna, convirtiendo ciertas cifras finales en amuletos.

Primer plano de manos examinando un décimo de la Lotería de Navidad, con los números enfocados.

Primer plano de manos examinando un décimo de la Lotería de Navidad, con los números enfocados.

Con la llegada de la Lotería de Navidad, millones de personas en España invierten en décimos, impulsados por la superstición y la preferencia por ciertas terminaciones históricamente afortunadas.

La tradición del sorteo del Gordo fomenta la creencia en señales del azar, donde la terminación del décimo se convierte en un talismán personal. Este impulso se mantiene a pesar de que la probabilidad matemática de ganar es idéntica para cualquier número, independientemente de su cifra final.

Al final, compramos terminaciones más por sensación que por probabilidad, que es idéntica en cualquier décimo.

La cifra final más buscada en este imaginario colectivo es el 5. Esta terminación ha sido la del Gordo unas 32 veces a lo largo de la historia del sorteo, consolidándose como una “leyenda estadística” que agrada a aquellos que creen en la repetición de la historia.
Otras terminaciones populares que parecen tener un “pacto silencioso con el bombo” son el 4 y el 6, ambas con unas 27 apariciones cada una. Esta preferencia alimenta, naturalmente, la superstición contraria: evitar los décimos acabados en 1 y 2, ya que han salido menos veces en la historia del sorteo.
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