La inspección, llevada a cabo en la calle de Santiago Apóstol, culminó con el levantamiento de un acta policial-administrativa que recoge un amplio abanico de infracciones que afectan la seguridad alimentaria y la normativa comercial.
Entre las irregularidades más graves se halló la venta de productos congelados con la fecha de caducidad ampliamente superada y alimentos sin etiquetado ni trazabilidad.
Además de las deficiencias alimentarias, se localizaron productos sin el sello de precinto ni la información obligatoria. También se intervinieron 400 mecheros de dudosa procedencia y bebidas embotelladas sin marca ni control sanitario.
El acta también reflejó graves carencias documentales y deficiencias higiénicas en el espacio de trabajo. Finalmente, se constató la venta de preservativos sin la licencia necesaria, incluyendo cajas abiertas sin el envase protector correspondiente.




