Los datos de la ESCA 2024 ponen de manifiesto la gravedad de la situación en Cataluña, con una prevalencia significativamente superior en los varones. Para hacer frente a esta realidad, la Generalitat impulsa el Programa para la Prevención y el Abordaje de la Obesidad Infantil en Cataluña (POICAT), con el objetivo de reducir la prevalencia a medio plazo mediante la prevención y el abordaje precoz.
“"No me gusta poner la responsabilidad en las familias porque este tema de la obesidad infantil es un tema social. Pero el principal error es elegir productos ultraprocesados, que nos hacen la vida muy fácil y son muy buenos de sabor, pero que nutricionalmente carecen de valor."
La doctora Ortiz insiste en que la responsabilidad de lo que entra en casa es exclusivamente de los adultos, ya que los niños no tienen los elementos de juicio para hacer una buena elección. Para un desayuno o merienda equilibrada, se recomienda incluir fruta, leche, pan —preferiblemente integral— y frutos secos, evitando zumos, bollería industrial y embutidos.
Respecto al azúcar, la pediatra aclara que no existe evidencia científica que afecte al comportamiento, pero sí representa un riesgo metabólico grave a largo plazo, especialmente el que proviene de dulces, refrescos y ultraprocesados. Estos productos deben ser de consumo estrictamente ocasional, entendiendo que “tres o cuatro veces a la semana no es ocasional”, y se deben evitar que entren en el hogar de forma habitual.
El exceso de peso no solo sirve como signo de alerta de una alimentación inadecuada, sino que también se asocia a otros problemas, como el adelanto de la edad de la pubertad en niñas, un fenómeno ligado al aumento del índice de masa corporal y a factores como los disruptores endocrinos. Para fomentar una relación sana con la comida, la clave es el ejemplo parental y consolidar las comidas en familia como un momento agradable de conversación.




