El regreso del lobo a Cataluña exige un plan de gestión urgente

Expertos alertan de la creciente presencia de la especie en el Pirineo y Prepirineo, subrayando la urgencia de indemnizaciones y medidas de protección ganadera.

Silueta de un cánido salvaje en un paisaje montañoso de los Pirineos al anochecer.

Silueta de un cánido salvaje en un paisaje montañoso de los Pirineos al anochecer.

La presencia del lobo, identificado como Canis lupus signatus, se ha confirmado en el Pirineo y Prepirineo catalán, obligando a las autoridades a diseñar un plan de gestión para garantizar la coexistencia con la ganadería local.

La repoblación del lobo en Cataluña se enmarca en una tendencia más amplia en la Península Ibérica, donde las poblaciones al norte del río Duero han experimentado un notable aumento. La especie presente en Cataluña, según los expertos, proviene de las sierras de los Apeninos en Italia, habiendo cruzado gran parte de Europa.
El lobo ibérico puro pertenece a la subespecie Canis lupus signatus, llamada así por la mancha de pelo oscuro que tiene en las rodillas, a modo de firma. Esta subespecie se encuentra principalmente en Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León.

Lo que debe hacer el departamento adecuado es un plan de gestión, fijar indemnizaciones urgentes por los daños que pueda causar, aplicar soluciones para los pastores y el compromiso de convivir con el lobo.

La gestión de esta especie requiere medidas concretas para minimizar el impacto en la ganadería. Se propone la aplicación de prácticas profesionales, la instalación de cercados y el uso de perros mastines. Históricamente, el lobo ha formado parte del paisaje, dando nombre a lugares como el “Clot del Llop” en nuestra comarca.
A pesar del miedo que inspira en el imaginario colectivo, el lobo es un animal tímido que generalmente huye del ser humano, a menos que esté herido o tenga mucha hambre. El objetivo actual es la convivencia y evitar el regreso de prácticas de captura o envenenamiento.
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