El 41% de los adolescentes catalanes ha apostado dinero, y un 3% roza la adicción
Un estudio de la Universidad de Lleida sitúa el inicio del juego a los 14 años, afectando principalmente a chicos de bajo nivel socioeconómico.
Por Núria Font Casas
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Adolescente usando un teléfono móvil, posiblemente jugando o apostando en línea.
Una investigación de la Universidad de Lleida (UdL) reveló que el 41% de los 2.349 alumnos encuestados en Cataluña han gastado dinero en juegos de azar, mostrando un 3% señales tempranas de adicción.
Los resultados preliminares del estudio, basado en encuestas a alumnos de entre 14 y 18 años de once institutos catalanes, indican que los problemas de adicción incluyen la dificultad para controlar la conducta, el uso del juego como regulador emocional e intentos fallidos de dejarlo.
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"El juego con dinero se inicia a los 14 años, con un perfil mayoritario claro de chicos que viven en barrios con un nivel socioeconómico más bajo."
El profesor José Tomás Mateos García, líder de la investigación, señaló que las apuestas deportivas y los casinos online son los tipos de juego que generan mayor adicción. Esta tendencia se agrava por la accesibilidad del juego online a cualquier hora y lugar.
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"Los juegos de apuestas han aumentado de forma exponencial en los últimos años y destaca el incremento brutal del juego online, cuya accesibilidad a todas horas del día y en cualquier lugar hace que las personas estén jugando de forma completamente desproporcionada."
Los investigadores de la UdL también subrayaron la necesidad de reforzar las políticas de prevención del juego patológico, especialmente considerando que en la ciudad de Lleida existen casas de apuestas a menos de 100 metros de algunos institutos.
Además de las consecuencias económicas y laborales (abandono académico), el juego patológico conlleva graves problemas de salud mental (ansiedad, depresión, riesgo de suicidio) y físicos, como problemas cardíacos. La catedrática Yolanda López del Hoyo añadió que hasta seis personas cercanas al afectado también sufren los efectos.