El mercado de La Boqueria, ubicado en el centro de Barcelona, es un punto de interés turístico mundial, pero mantiene una base de clientela local y catalana que resiste los cambios. Estos compradores, la mayoría de los cuales superan los 60 años, tienen un fuerte vínculo emocional con el emblemático zoco, a menudo desde su infancia.
“"Casi todo está destinado para extranjeros. Si pudiera vendría más, pero entre que aparcar es imposible y que muchas paradas van cerrando, ya no es lo que era."
Las opiniones entre los paradistas están divididas. Rosen Bertran, de la Cansaladeria Bertran Mascarell (fundada en 1955), asegura que el turismo la ha "arruinado" porque los visitantes apenas compran producto local. En cambio, la parada Morilla Fruites, abierta desde 1960, ha visto en el turismo una oportunidad, con ventas que a veces superan las de un sábado.
“"Cuando cerremos las diez o doce paradas de toda la vida, La Boqueria morirá."
Ante la preocupación por la pérdida de la esencia, el Ayuntamiento de Barcelona y la asociación de comerciantes pactaron un reglamento que entrará en vigor en 2026. Esta normativa obligará a que al menos el 50% de la oferta del mercado corresponda a alimentos tradicionales y frescos, como medida para preservar su carácter original como mercado de abastos.




