El primer edil de Llívia admite que la nieve trae “quebraderos de cabeza de seiscientos metros hacia abajo” en la gestión de infraestructuras. No obstante, asegura que los medios son suficientes, complementados con una subvención anual de la Diputación de Girona que cubre alrededor del 70% del gasto total.
“"Tenemos que ser lo suficientemente críticos, entre nosotros, para ver que los inconvenientes de la nieve nos traen mucho beneficio."
Este beneficio se materializa en la temporada alta, con la apertura de hoteles, apartamentos turísticos, bares y restaurantes. Cruïlles señala que el coste de la gestión de la nieve puede suponer hasta un 8% del presupuesto municipal, aunque las previsiones meteorológicas, que han “afinado mucho” en los últimos años, ayudan a optimizar los recursos.
Un desafío clave para el enclave es la mejora de la antigua línea eléctrica que suministra energía desde Puigcerdà. El ayuntamiento está en contacto con Endesa para evitar microcortes y cortes importantes, pero la solución requiere cruzar territorio francés.
La mejora de esta línea, junto con la fibra óptica y la ampliación de la carretera, debe acordarse en la reunión bilateral entre Francia y España, en cumplimiento del Tratado de Bayona. Dicha reunión, que se pospuso, se espera que tenga lugar entre enero y febrero.




