Molins inició su discurso recordando su infancia en Sant Andreu, desde la guardería El Palomar hasta la Escola Mestre Enric Gibert i Camins y el IES Valldemossa. Destacó la importancia del Casal Catòlic y el Esbart Maragall, donde dio sus primeros pasos en el escenario.
La pregonera defendió el comercio de proximidad, mencionando a sus padres, propietarios de la herboristería Les Herbes, junto a Fabra i Puig. También citó el Club Natació Sant Andreu como un lugar clave de su juventud.
“"Un genocidio en el pueblo de Palestina orquestado por Israel. Un genocidio televisado del que todas hemos sido cómplices. Desde aquí quiero gritar: ¡Libertad para Palestina!"
Molins dedicó parte del pregón a su abuelo, Eduard Molins, cofundador en 1998 de El Foment Sardanista Andreuenc, resaltando su espíritu comunitario y su trabajo en la antigua fábrica Fabra i Coats.
Finalmente, hizo un llamamiento a disfrutar de la Festa Major y a convertirla en “un lugar seguro para todas y todos”, exigiendo unas fiestas libres de violencias machistas y pidiendo la lucha contra la extrema derecha y las dificultades de acceso a la vivienda y la precariedad laboral.




